Desde muy pequeña Paula ya apuntaba manera con los libros, jugando con sus primeros cuentos clásicos infantiles. Cuando se los leía me transportaba a mi en el tiempo a aquellos años cuando caía la noche y era mi padre quien en un ladito de mi cama pacientemente después de una dura jornada de trabajo me leía a mi.
Son cuentos que por mucho que pasen los años, les refresque las versiones o el colorido de las ilustraciones, siempre llenan de ilusión y la imaginación de aventuras a cualquier niño del mundo.
Hoy por hoy hay escritores muy buenos que escriben cuentos y aventuras infantiles muy educativas pero me encanta seguir recordando esos maravilloso cuentos de mi infancia, acompañada del entusiasmo y la inocencia de Paula cuando me realiza esas preguntas tan divertidas como:
¿De verdad que el lobo se quería comerse a la abuelita ?.
Pues que barriga mas grande debe tener el lobo,
¿No.., mama?
jajajaj
¡Cosas de chiquillos!
Son cuentos que perduran en el tiempo en nuestras memorias como las recetas de las abuelas de padres a hijos y resultan mucho mas divertidos cuando son leídos o contados con el mismo el cariño que se lo leyeron al lector. Hay muchos cuentos en mi memoria de mis años de niña pero dos de mis preferidos eran Pinocho y Blancanieves y los siete Enanitos, junto al cuento de la princesa Cenicienta.
Ahora te toca a ti recordar, ¿te atreves a recordar cual era tu cuento preferido ?
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